viernes, 10 de abril de 2009

mi pequeño hombrecito

Abría los ojos y la tenue luz de la mañana de otoño se colaba por los pequeños espacios que dejaban descubiertas mis ya gastadas cortinas. Veía la hermosa sonrisa de mamá quien me samaqueaba delicadamente para que me despertara y pudiera salir a tiempo para llegar temprano al “nido”. Mi peinado con raya al costado y mi mandil azul de cuadritos me hacían sentir el más idiota del mundo pese a que, antes de partir, mamá decía que era el hombrecito más lindo del mundo. Caminábamos las dos cuadras que separaban mi casa del local del “nido” y cuando llegábamos veíamos como numerosas madres entraban y salían por la puerta principal. Mamá siempre me dejaba a unos metros de la entrada para evitar recibir los reclamos de la directora por alguna travesura que haya cometido el día anterior. Me daba un beso en la frente y esperaba hasta verme entrar. Mi maestra era encantadora. Siempre nos recibía con una sonrisa y nos entregaba algunos dulces antes de empezar la clase.

Pero dentro de mi mágico mundo infantil, también había espacio para cosas de mayores. Ahí, dentro del salón se encontraba la niña más bonita que jamás había visto, la niña de cabellos ondulados con lazo blanco y de mejillas rosadas, siempre que la profesora le hacía una pregunta mis ojos se dirigían al asiento que se encontraba diagonal a mi, donde se encontraba ella . La oía responder y la veía tomar asiento feliz porque la profesora había aprobado su respuesta con un: “muy bien”. Todos los días era lo mismo. Yo la contemplaba cautivado pero mi timidez no me permitía acercármele y en desfogue de esto cometía numerosas travesuras por las cuales mamá no me acompañaba a la puerta a la hora de entrada y me esperaba en una tienda, a media cuadra del “nido” en la salida. Mamá siempre fue atenta a todas las cosas en que pensaba (preocupantes o que me ponían feliz) pero esta era una excepción. Ni pensaba que su pequeño hombrecito ya estaba jugando con los temas del amor, pero una tarde, en la salida, una tarde que mamá no se encontraba en la tienda si no que estaba conversando con una amiga, se percató de mi desvío de mirada hacia el lugar por donde se alejaban la niña de cabellos ondulados y su madre. Mamá comprendió en el acto lo que pasaba y al día siguiente, antes de que partiera hacia la entrada, sacó de su bolso una cajita de plástico que en el interior tenía una flor. La introdujo en mi mochila y dijo: “se la darás cuando estén en el recreo. No le digas nada tan sólo dásela y espera”. Las indicaciones de mamá eran específicas y esto me había dado algo de valor pues siempre que hacía lo que me decía mamá las cosas salían bien. Claro que hasta ahora esto no había sido puesto a prueba en los temas amorosos. Pero bueno ya estaba decidido, espere paciente el recreo y cuando llegó espere un poco hasta que estuviera sola. Saqué la cajita de mi mochila y me dirigí hacia ella. Las manos me sudaban y el cuello del maldito mandil me apretaba más que nunca y me sentía más idiota aun con mí, aun más odioso, peinado de raya al costado. Me detuve frente a ella y le extendí la cajita. –Esto es para ti- le dije. Ella tomo la cajita y sacó del interior la flor que mamá había colocado cuidadosamente. Me sonrió y me beso la mejilla. Un “gracias” se escapo de entre sus labios y partió hacia otro lugar. Yo me quede parado un momento en el mismo sitio algo sonrojado pero reventando de felicidad. Luego de esto, empezábamos a intercambiarnos palabras y cada vez que ella me sonreía me sentía en el cielo. Meses después acabo la etapa del “nido” y ambos fuimos a colegios diferentes razón por la cual no la volví a ver.

Pero aun hay algo que también debo recordar de esa época de mi vida. Ese año hubo, también, otra niña en mi vida. Esta se ubicaba tres asientos detrás de mi linda niña y un asiento detrás de mí en diagonal. Era una niña regordeta de gafas redondas, como las de aquel músico británico que murió a manos de un fan en la puerta de su cuarto de hotel (perdón, por un momento vino a mi la melomanía interna). En los recreos siempre se iba hacia un rincón para comer lo que su madre le había enviado de lonchera. Era algo rara, hablaba con nadie y casi nunca participaba de los juegos a menos que la profesora, prácticamente, la obligara. Mi concepto de ella hubiese terminado ahí si es que no se me hubiese acercado un día a decirme: “te quiero”. Estas palabras me dejaron con un “y ahora ¿Qué hago?” en la cabeza. La piel se me había puesto como la de gallina, la niña era una cabeza más grande que yo y su cuerpo me doblaba en tamaño, una bofetada me hubiese tumbado al piso. Sin embargo, con toda la crueldad que, inconscientemente, puede tener un niño de cinco años, tres palabras salieron de mi boca en ese momento. “Tu eres fea”- dije, y me fui corriendo temiendo que la niña me tome de la mano y me golpe. Luego de ese incidente empecé a seguirla con la mirada, temiendo alguna represalia de su parte pero nada, continuó siendo la misma chica solitaria de siempre: de gafas, callada y regordeta. Cada cierto tiempo me pregunto: “que me hubiese aconsejado mamá en este caso”. Y siempre me respondo: “seguramente me hubiese dado una tremenda paliza por lo que dije”.

Sin embargo mamá ya no esta con migo y ahora yo, que ya se cosas de la vida como el romper un corazón y que correspondan al mío. Ya soy todo un hombrecito de siete años que esta listo para aventurarme en la vida, ¿verdad papá?

-Si hijo, tu madre seguro estará muy orgullosa de ti.

13 comentarios:

Jar0k dijo...

Esa niña regordeta, está en psicoterapia por tu culpa.

La otra es una mujer vanidosa, supeficial e insoportable.

Es el efecto mariposa.

ByE

ando... dijo...

Ese niño es todo un player.

Su viejo debe estar muy orgulloso.

Buena!

Jimmy dijo...

¿La gordura será causa de infelicidad? yo gordo no soy pero feliz tampoco he sido. Dice el escritor espeñol Ray Loriga (el mismísimo ex de esa diosa llamada Cristina) que si él hubiera sido gordo de niño, hoy estaría matando gente con una escopeta a la salida de un Supermercado.

Miguel Angel Candia dijo...

fue algo duro que ubiese pasado si al chibolo le aventaban su flor por la cara, ubiese quedado igual de destrozado que la gordita...

Unknown dijo...

Que tal niño eh?

bsos de esposa primeriza y Recién casada

Elogio dijo...

Sant¿i?, bueno , mi amigo hermoso ,espero que todo ande en orden por ahi.
Que cruel , pero yo hubiese sido la niña que te habria golpeado , y habria doblado ese te quiero , por mil insultos peor que decir sos feo... bah , no se seguro te odiaba eternamente.... TMB le habria dicho a mi hermano que te golpee , y te deje muy horrible.
jajaj... Y SIII ... que malo

Bueno , espero que te alegre verme por aqui :)
Se te quiere.

hpereyraf dijo...

Uhmm, bueno la niña linda aprendió mucho antes lo q es ser polite, después d todo q le costaba darle un besito al niño q le regalaba la flor no crees? ...

Yvonne dijo...

Cuando vi el título pense que escribiste algo sobre alguna reducida zona de tu humanidad (6) jajajjaajaja

santiagoMdc dijo...

Jar0k: Y yo que al escribir me había centrado más en la actitud del niño :S

Ando: Jaa, nunca tanto brother aunque si pues, el chibolo se las trae xD

Jimmy: Yo fui gordito de niño, ahora estoy telasa, ¿cómo será mi futuro?... por lo menos por ahora estoy happy :)

Miguel Anguel: Si pero eso del efecto boomeran esta muy usado, y la narración lo quería llevar por otro lado.

Fiore: Genial comentario! como te inspiraste para escribir eso :O
jaaaa mentira, gracias por pasar.

Dejavu: jajaja como ya te dije anteriormente gracias por los golpes pero (como ya tambien te lo explique) lo que quería mostrar es que lo niños, dentro de su inocencia, tambien tienen su lado cruel. Besos mi argentina querida.

Lemon Guy: y el regalar una flor a esa edad cuesta arto u.u

Yvonne: jaaaaa no mi estimada, aun no encuentro una buena trama para hablar de mi pequeñes xD

Saludos a todos, ojala pueda escribir el cuento de esta semana. Tengo mas que hacer en la univ :S

Anónimo dijo...

uff... no sé qué comentar.. una pregunta santi... qué niño de 7 años tiene una melomanía interna?... es probable que baile y cante con timoteo y maria pía.. en el mejor de los casos(aunque debería decir en el peor de los casos)pueda que esté cantando en japonés alguno de los temas de un ánime.. pero de ahí a que sepa que jhon lennon murió asesinado y aún más que sepa que jhon lennon es británico cuando normalmente podría ser norteamericano.... no se puede monologar como un niño de 7 años cuando se está pensando como un joven de 20... si se va a escribir como un niño de 7 pues se tiene q pensar como uno de 7. vivir como uno de ellos.. hablar como uno de ellos.. lo cual es difícil.. porqué?... porq ¡carajo! tenemos 20..en realidad sí que se puede... pero para eso se necesita más orden.. una releída no estaría mal.. aunque quizás se necesiten tres...quizás para la próxima.... aunq para eso necesites mejores lectores... mejores comentarios... mi buen amigo santi... el niño de 7 que escribe, que habla, que escucha música como uno de 20... hasta mas vernos.. jairo.. me olvidaba.. también se necesita leer. y mucho más.. TORITO.. un cuento corto de Julio Cortázar.. lo encuentras en internet fácilmente... léelo.. un monólogo.. un monólogo tremendo..

santiagoMdc dijo...

hey mi estimado poetalario desde hace varios post necesitaba uno de tus comentarios, gracias por basurearme xD. Si pes me falto especificar que era a mí era quien le dio el ataque de melomanía =P

Un abrazo

G dijo...

Siempre es un placer leerte, y más ahora que estoy trabajando con una corbata que me hace sentir aún más bobo que cuando iba con mandil a la escuela.
Yo conocí a una gordita cuando en mi primer año en San Marcos, pero esta era una gordita muy pero muy bonita; yo era más alto que ella pero igualmente, de un manaso daba conmigo al suelo si es que no lograba esquivar el golpe. Ella me contó que en el colegio sufrió algo parecido a tu gordita, pero a ella le rompieron el corazón cuando tenía quince. Resultado: Ahora ella es una rompecorazones. Mi hermano llama a este fenómeno las ETS (Enfermedades de Transmisión Sentimental). Y adivina qué! Ella me rompió el corazón a mí y ahora yo, a veces sin querer queriendo y otras veces queriendo mucho, ya tengo un record de corazones rotos, y a su vez estas chicas sin corazón romperán otros corazones... En toda mi vida no he conocido a una mujer tan extraordinaria (en todos los sentidos: positivos y negativos) como la gordita que me hizo papilla.

Jenny Ramirez P. dijo...

chequeando unos comentarios pasados encontre nuevamente tu blogs .. saludoooosss!!

 


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